Apareció una y luego otra y luego otra.
Era verano y estaban por todas partes reproduciéndose como una plaga antigua.
Yo escuchaba sus latidos a través de la madera;
te pregunté si las cucarachas tenían corazón y
tú me dijiste que no sabías de eso.
Conocemos poco las cosas sencillas, pensé.
Nada nos importa hasta que duele.
Luna Miguel
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